Junto a los 50 años de nuestro Maestro con la MedicinaPalabras del Prof. Dr. Roberto C. Frenquelli en su Homenaje Sociedad Psicosomática de Rosario Sábado 10 de noviembre de 2007 Abecasis en un pasaje del acto en su homenaje
Querido Isaac y familia, amigos: 1- Una vez más tendré la ocasión, casi el atrevimiento, de esgrimir la palabra. Que tal vez corra, torpemente, antes que las ideas. Es un riesgo que suelo tomar. Todos ustedes lo saben. Todos ustedes sabrán disculparme. Fundamentalmente vos, Isaac. Quiero expresarles que estamos reunidos para festejar juntos una contribución genuina a la Medicina. Cuando hablo de Medicina hablo de la Biología, la Sociología, la Psicología y el Psicoanálisis, también de la Política. De las Humanidades en general. Hablo de una importante y singular contribución. Tanto en sus aspectos histórico epistemológicos, como en la teorización del proceso salud enfermedad, como en la práctica técnica. En su Etica y su Estética. Vos has cambiado la Medicina. No tenemos dudas. Tu labor tiene características particulares, especiales. Un sello distintivo. Por eso es una contribución genuina. Algo poco frecuente, tanto en su vastedad, como en sus posibles alcances. Tu labor ha dejado un sello en nuestro medio y el país. Pero su extensión es tarea por hacer. Y una responsabilidad de nosotros, tus seguidores. Son muchos años de trabajo persistente, con un hilo conductor elegante, que como tal es simple y armonioso, delineando una conceptualización que merece el calificativo de compleja. Mucho antes que la denominación Pensamiento Complejo gane la gastada y no siempre entendida popularidad que hoy tiene. 2- Por otra parte, has sabido sostener tu pensamiento y tu grupo a lo largo del tiempo. Pionero explorador, teórico reflexivo, ocupando los espacios en la tarea concreta. Sin vacilaciones, sin brusquedades. Has sabido llevar con garbo muy particular el encono de muchos, que balconeando desde lugares parroquiales, supieron embestirte sibilinamente sin pausas. Tanto desde la Medicina Oficial como desde otros lugares, como por ejemplo algunos del Campo Psi. La claridad de tus principios teóricos y prácticos, los de tu Etica, han sido tu respuesta. Hoy eres reconocido ampliamente. Bajo este amparo nos encontramos todos nosotros, que te admiramos. Muchos de aquellos “opositores” están descubriendo hoy lo que enseñabas, para quien quería escucharte, hace casi cuarenta años. Por ejemplo, en lo atinente a tu crítica a la Medicina y los Médicos, a la osificación de ciertas prácticas en Psicoterapia y Psicoanálisis. Una crítica que ha sido responsable, mesurada y orientadora. Lo mismo en cuanto a tus ideas acerca de la confluencia de las teorías, a la intersección de las disciplinas biológicas en el pensamiento de Freud. Junto a vos hemos aprendido a trabajar, a vivir. Nos has permitido enriquecernos de la mano de tu orientación. Como dije antes: a todos los que han querido escucharte. 3- Esta noche me ha tocado este lugar. El de pronunciar algunas palabras, el de ensayar alguna idea. Así lo ha dispuesto la Presidenta de la Sociedad Psicosomática de Rosario, la institución que te pertenece. Es esta una ocasión privilegiada de mi vida. Un momento soñado. También una responsabilidad, que quiero compartir con tantos de los presentes. Responsabilidad que no es otra que la de acompañarte. Algo muy emocionante. Un deber. Un compromiso. Tratando de difundir tu legado. Entiendo por acompañarte el asumir tus enseñanzas y proyectarlas según nuestras posibilidades e intereses. Como se merecen los auténticos Maestros. No me refiero a la obediencia ni a la repetición parlanchina. Me refiero a acompañarte pugnando por los cambios. Que antes que nada deben ser los de uno mismo. 4- Ahora quiero referirme a la sorpresa. Confieso que he estado muy preocupado por el tipo de fiesta que hemos planeado. Como ahora se dice, una fiesta “sorpresa”. Tengo la intención de despegar todo esto que vivimos de la grosería postmoderna, de las modas bobas de nuestro tiempo. Si bien no descarto algunos efectos indeseables, propios de nuestras ingenuidades y otros deslices, lo mismo que otras complicaciones propias de este tipo de situaciones, quiero decirte esta fiesta no es una sorpresa donde se busquen perniciosamente efectos en el sorprendido. Violando tu intimidad, tus gustos. Es más, en el fondo, no se si hay tanta sorpresa. Pensemos un tanto. Todo este momento condensa una enorme red de interacciones que te han tenido por principal eslabón. El lazo conductor, no podría ser de otra manera, ha sido la afectividad serena que siempre ha caracterizado tu sentir en la grupalidad. Alguien dijo: “este año el Maestro cumple 50 años en la Medicina…, la Sociedad debe organizar una reunión…, en ese caso a mi me gustaría participar”. Esas palabras cayeron en una trama fuerte, proactiva. Que solo había que rozarla. Y se generó todo esto. Con mucho calor. Con muchas ganas. Estamos casi todos. Pero todavía faltan un montón. Yo se que vos lo sabes. Algunos no están aquí por que ya materialmente no pueden; otros por que no quieren, otros por que no se han enterado, otros vaya uno a saber por qué. Nunca has excluido a nadie, aún en el disenso. Tu mentalidad conjuntista no lo concibe. Esto no te ha impedido ser firme. Me consta nítidamente, eso sí, en alguna rara ocasión has sabido separar alguna parte en defensa del todo. Sin dejar de señalar qué aspectos se han quedado en lo dejado por fuera. Tus enfoques sobre los lazos, sobre los vínculos, han tenido un formidable respaldo en tu praxis. Una de tus ideas acerca de la Salud dice que el sujeto idealmente sano debe ser capaz de llevar un rol socialmente asignado, con espíritu crítico y transformador. Muchos de nosotros sabemos que no eres partidario de las reuniones grandes, de los ambientes ruidosos. También de los homenajes y otras broncificaciones. Pero bueno, esto nos sucede por lo que representas para nosotros. Todo este movimiento no sería nunca lo que es y será si no fuera por tu presencia. Por las características singulares de tu presencia. De cómo has ido construyendo toda esta trama. De la que es fruto este momento, seguramente señero en la historia de la Escuela Psicosomática de Rosario. No es un intento de justificación personal. Ni un esquive rápido, d´artagnanesco, a mis responsabilidades en esta pretendida “sorpresa”. Lo mismo le sucede, no tengo dudas, a todos los presentes. Sabemos de tu afecto, que gozamos desde hace tiempo. Y sabrás entendernos, sumándote una vez más. 5- Hay otra manera de pensar esto de la sorpresa. Es la que tiene que ver con el afanoso juego del niño pequeño haciendo aparecer y desaparecer a un objeto. Ese juego universal, por ende eterno, de presencia y ausencias consecutivas. Inmerso en cierto aire de un poder que oculta la angustia. Generando activamente una sorpresa que previamente se ha sufrido de manera pasiva. Esa sorpresa que hace agigantar su alegría cuando reaparece la imagen amada. Detrás de la posesividad, no creo equivocarme, creo que coincidimos, están la ternura y la búsqueda constante. Las fiestas son siempre una hipérbole de lo común de la vida. Por que están al filo del dolor y de la alegría. Dolor por lo vivido. Alegría por lo vivido. De esa ambivalente mezcla, en buenas proporciones, puede nacer la templanza necesaria para seguir nuestro camino. Con razonable esperanza en estos tiempos indigentes que vivimos. Como adultos nos pasa lo mismo que cuando niños. Solo que sabemos, tenemos suficientes pruebas, que contamos con vos. Sin mayor necesidad de sorpresas y otros tejemanejes. Queremos agradecerte una vez más. Lo mismo que a tu familia. Propongo otro brindis y que abramos una pequeña ronda de testimonios. Roberto C. Frenquelli Rosario, 10 de noviembre de 2007 |