Psicofisiología - UNR - ISSN 2422-7358

 
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El Stress y sus destinos PDF Imprimir E-Mail

Qué importa este concepto para la Psicología de hoy

  

Profesor Doctor Roberto C.  Frenquelli

Conferencia en ADEIP, Rosario

Sábado 2 de agosto de 2003

 

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Tarjeta en Homenaje a Selye, por S.Dalí

 

Tengo la satisfacción de estar aquí, un lugar al que me siento muy ligado. Con toda una historia, no solo por mi condición de socio adherente. Quiero hacer una aclaración ante mi presentación: yo no soy Doctor en Psicología. Ocurre que cuando  rendí el examen del doctorado,  que aprobé, en el momento de las  preguntas se generó una confusión. Porque uno los miembros del Tribunal, el Dr. Temporetti, que a su vez pertenece a la Comisión del Doctorado de la Facultad de Psicología, cometió el error de decir que yo me doctoraba en Psicología. Yo me doctoraba en la Facultad de Psicología, pero no me doctoraba ni en Medicina ni en Psicología. Me doctoré a secas, como todas las personas que nos hemos acogido al llamado doctorado consolidado. El doctorado de consolidación académica es una instancia que estableció el Ministerio, para aquellas personas que teníamos cierta trayectoria, y no habíamos logrado ese título; a raíz que desde el año 1970 dicha instancia  académica había sido retirada de la Universidad Nacional, de todas, incluso  la U.B.A.. Entonces, en nuestro país se daba la paradoja  de que muchos profesores titulares, casi la mayoría, no teníamos el  título de Doctor. Esto se implementó desde el gobierno para  emparejar las cosas  desde el punto de vista geopolítico con los otros integrantes del Mercosur. A raíz de que las fronteras se abrirían, a que todo el mundo hoy apunta a cierta uniformidad. Nosotros en la Argentina no teníamos doctores; doctores académicamente hablando. Sí personas que podían ameritar esa trayectoria. Entonces nos dieron una instancia, que ahora está por cerrar, como única ocasión, para  poder acceder a ese título.  Pero ninguna de las personas que se doctore desde el punto de vista de la consolidación académica tiene un título específico. Se denominan “Dr. UNR Fulano de Tal, Dr. UBA Mengano..., Dr. Universidad Nacional de la Plata Perengano...”. Pero carecemos de una especificidad determinada. En realidad viene bien decir esto acá. Yo, en el momento de la defensa de la tesis no tuve la suficiente rapidez mental; me di cuenta que Temporetti cometía un error, pese a que paradojalmente él era de la comisión que estaba examinando; y me pareció una cosa descomedida, decirle: “ Dr. usted se equivocó”; tal vez hubiera podido ser más inteligente, tomar el tema de otra manera, pero me di cuenta 15 minutos tarde.

 

 En realidad lo que sucedía ahí, en otros estratos de análisis,  siempre desde mí mismo, era la pregunta  acerca de  cuál es mi identidad como médico, como profesional en general. Yo he navegado toda la vida entre la medicina clásica y la psicología. Y, ese episodio azaroso,  cuando se dio ese malentendido, contribuyó un poco más a que yo ahora sería médico y doctor en psicología. La gente me dice hasta hoy “aquí viene el doble doctor, dos veces Doctor”. Ustedes son casi todos amigos,  pienso que no habría tanto  problema con esta cuestión, si soy o nó “Doctor en Psicología”, si soy o nó “doble Doctor”. Pero en otros sitios es importante que lo pueda aclarar.

 

El tema de la identidad es muy personal, que duda cabe. Es inescapable para cualquier persona. Pero por extensión, hoy,  hace a esta charla sobre  Stress. Qué es lo que yo pienso, desde mi visión particular, acerca del tema del Stress ?. En realidad uno piensa y decide de acuerdo a la identidad que tiene, entonces frente a ésta palabra, Stress, yo tengo algunas cosas pensadas,  como no podría ser de otra manera.. Stress, un término de raigambre biológica, pensando en la Psicología de hoy.

 

 Es un tema que me gusta. Que vengo trabajando en mis clases desde 1984, cuando empezamos el ciclo de nuestra cátedra, próximo a cumplir veinte años de vigencia ininterrumpida de desempeño en los claustros universitarios. Algo particularmente importante en nuestra casa de estudios, tan vapuleada por el acontecer social y político. Que le infligió severos daños en su trayectoria.

Anoche, cuando repasaba algunas cosas,  me acordaba que en un apunte de Fisiología, mientras cursaba en el año 1966, siendo estudiante del tercer año de Medicina, me encontré por primera vez con la palabra Stress, lo mas cercanamente contextualizada en el sentido de esta charla de hoy. Estaba escrita por un compañero,  justamente quien me había vendido esos apuntes, en  el anverso de una hoja.  Era un apunte viejo, de aquellas épocas, hecho con mimeógrafo. También se podía leer  Hans Selye”. Nombre que voy a ir anotando. Más precisamente se leía: “Hans Selye, El Stress. La Tensión en la Vida”. Los Libros del Mirasol”. Y un poco por abajo decía: “Síndrome general de adaptación”. Miré eso y me pareció un idioma sumamente cautivante: “el Stress”..,  “la vida”. Porque en el otro lado de las páginas se leían un montón de palabras habituales para un estudiante de medicina, pero en ninguna decía “vida”.

Decía, por ejemplo, sobre el CRF, CorticoTrophic Releasing Factor, es decir Factor Liberador de Córtico Trofina, aquel que  activa,  induce la liberación de la ACTH, la adrenocórticotrofina. Pero del otro lado de la página volvía a leer el Stress, la vida... y, aparte, como si esto fuera poco, “Los Libros del Mirasol”, como editorial..., toda una expresión sugerente, con cierta poesía.  Allí empezó mi historia con éste tema; también   con este apellido que voy a pronunciar, Selí afrancesadamente; Selye si lo pronuncio respetando directamente la fonética del castellano; Selié, con acento; Selie, sin tal acento. En fin..., en sí no se  como pronunciar éste apellido.

Selye nació en 1907 y murió en 1982. El acuñó el término Stress. Él es el padre de la palabra, que también es una palabra que tiene su etimología y sus dificultades de interpretación en castellano; en el diccionario de la Real Academia la encontramos como estrés. Pero nosotros seguimos la denominación, con su escritura,  en inglés. En relación a su sitio de nacimiento, diré que en la Enciclopedia Británica se establece que nació en Viena; curiosamente, sin embargo, en la página Web de él y sus seguidores, que tienen actualmente  centro en Montreal, en el Instituto de “Medicina y psicología experimental”, habría nacido en un pueblito de lo que hoy es Eslovenia, que antiguamente pertenecía a Hungría.  De manera tal que hay una especie de disputa, dónde el Imperio austro-húngaro tiene mucho que ver, porque claro, Viena, por entonces,  era la capital.

Es un hombre que pertenece a una saga de extraordinario valor de la historia de la humanidad. La  que tiene que ver con Europa central, si uno piensa que contemporáneos suyos eran personas como Freud, Lorenz; Wittgenstein, Kafka, para citar alguna de las verdaderas lumbreras que generaron las matrices del pensamiento de hoy. Pensemos en la   potencia que tenía Europa, precisamente  Europa central,  en ese momento.

Como judío, Selye, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial se marchó a Harvard en los Estados Unidos, después de un  intermedio en Praga donde se recibió de médico y se doctoró en química, siguiendo con el tema de los doctorados.  Después de los Estados Unidos, pasó a Canadá, donde pasó mucho tiempo. Y donde terminó su vida.

La palabra que él acuñó, la palabra Stress,  es netamente fisicalista. Stress supone presión y tiene que ver con la deformación de cuerpos, los ingenieros estudian el Stress y, fundamentalmente, la elasticidad. La elasticidad tiene que ver con la posibilidad de un cuerpo de recuperar su forma; por ejemplo si a este cuerpo si yo le ocasiono una presión, que es una fuerza sobre determinada superficie, que para los físicos es un Stress, hasta cierto punto la deformación que estoy imprimiendo va a ser reversible, el cuerpo va a recuperar la forma primitiva. Un cuerpo elástico es eso, un cuerpo que recupera la forma primitiva. El Stress está muy ligado a otra palabrita que se llama strain, en inglés, que tiene que ver con los cambios por la tensión; con tensionar, por ejemplo de una soga, hasta un punto donde puede recuperar su forma. Y más allá de cierto punto de “strain”, de estiramiento,  la soga va a sufrir una deformación que es irreversible, no volverá a su punto inicial.

Stress es posiblemente una de las palabras más difíciles para  encontrarle sinónimos en cualquier otro idioma, tanto es así que prácticamente  la Real Academia le dió una constitución fonética y ortográfica adecuada, pero no logró encontrar estrictamente un sinónimo.  Por ejemplo hablando del rugby que nos gusta a nosotros, los ingleses dicen try, cundo se logra el objetivo del rugby. Los españoles,  quizás ustedes lo han escuchado,  usan la horrible palabra “ensayo”, nosotros decimos try. El goal de los ingleses nosotros lo pasamos al gol, ahí estamos casi iguales. Pero hay muchas palabras, que en las traducciones,  encuentran otra que las aloja bien, revolviendo el idioma. Sin embargo, para el caso de Stress, fue muy difícil encontrar una palabra de este estilo. Los idiomas de escritura ideográfica, por ejemplo, encontraron posible vincularlo a la crisis y al cambio,  donde una cosa producía una perturbación muy severa y ulterior reacomodamiento. Resulta interesante porque así aparece una cierta dinámica en la expresión, es como una fuerza y una recomposición,  introduciendo una dinámica. Los griegos, en cambio, tenían una palabra para el sufrimiento, ponos; y, de hecho,  tenían la palabra enfermedad, pathos. Esta última en  lo que sería el aspecto descriptivo, la otra en el aspecto más vivencial; como me pasó a mí con las hojas de aquel apunte:  la pathos y la ponos, la dura sigla del CRF y la vida con los poéticos mirasoles.  Donde ponos  apunta más a la idea de sufrimiento, más a la idea de vivencia, que a la mera descripción bioquímica de lo que sucedía. Selye en una carta a uno de sus seguidores les dice que él ha pensado que tal vez los griegos tenían verdaderamente la palabra para tratar de expresar más adecuadamente lo que él quiso definir. Esa sería  ponos, como lucha, como conflicto. También dijo que si tal vez hubiera sabido más de física, en lugar del padre del Stress sería el padre  del Strain. En realidad Selye quedó siempre bastante adherido a una idea físicalista del término.

El título de esta charla, “El Stress y sus destinos”,  es una  provocación. Pero es una provocación benigna, porque es un intento de pensar qué es lo que yo vengo a hacer aquí junto a ustedes. O lo que intentaré hacer, mejor dicho. Uno de los grandes problemas que tienen dentro de los destinos del Stress, digámoslo de entrada,  es su banalización. La palabra Stress es una de las  que más gobiernan hoy en día el argot, la jerga corriente. Es, incluso, un supuesto motivo de consulta. Yo puedo asegurarles  que todos los días muchas personas acuden al consultorio a preguntarme “si tienen Stress”. Entonces uno, como decía Freud, cuando empieza cediendo con las palabras, termina cediendo con los hechos. No sé si es estrictamente esta expresión de Freud, pero él lo dice en algún lugar. Pero si uno sigue escuchando a la gente, verá que está “colgada”, “enchufada”,  “maquinada”, “acelerada”, “tildada”. Y así sucesivamente. Hay una fisicalización de la vida. Acá ya estaría casi cerrada la charla, con aquello que se expresa con la polaridad de las dos caras de mi apunte. En la medida que uno escucha una “música” que apunta a un aplanamiento del suceder del vivir, que dice: “estoy Stressado”....

Qué nos quiere decir ese sujeto,  qué está “Stressado-colgado-enchufado-maquinado-acelerado-tildado” ?  Se ha construido toda una “Stressología”,  por así decirlo, que lleva a una enorme cantidad de ideas y definiciones que van invadiendo,  permeando aún en el campo de la psicopatología, en el campo de la terapéutica, de  la psicología. Y esto merece el esfuerzo por  tratar de ver qué es lo que nos queda a nosotros, qué es lo que nos queda de este concepto. Qué es lo que auténticamente importa. Si nos importa el corso postmoderno entronizado en las figuras de los spa, aún admitiendo todo lo atrayente que deben tener estos carísimos sitios, o alguna otra cosa.

He hecho esta muy  breve introducción y puedo seguir hablando, pero prefiero que ahora ustedes me hagan la pregunta que quieran sobre este tema. Ustedes me preguntan,  anoto las preguntas y vamos conversando entre todos.

Pregunta: quería preguntar la discriminación entre Stress y Distress, porque la idea que yo tengo de Stress, es que una cuota de Stress es imprescindible en la vida. Pero que habitualmente se confunde Stress con Distress. Con que el sufrimiento, la ponos, que vos dijiste estaría más en el Distress.

Bárbaro.

Pregunta: yo me guío por la clase del jueves  a la mañana y quería saber la diferencia que hay entre un síntoma neurótico y un síntoma psicosomático.

Pregunta: Stress y Resiliencia.

Pregunta: Stress normal y patológico.

Pregunta: Stress en los niños, en algunos bebés.

Pregunta: a mi me interesa saber que pasa a nivel orgánico, con las hormonas, con la serotonina.

Pregunta: Stress en la vida intrauterina.

Como toda pregunta tiene parte de la respuesta, diré que ustedes saben bastante, lo cual conviene siempre tenerlo presente en estas reuniones. Porque allí, en las preguntas, están contenidas gran parte de las cosas que yo pensaba hablar. Algunas que tienen que ver con el concepto general de Stress. Otras que se proyectan diferente, que podrán tener una contestación más o menos cerrada.

Stress y afrontamiento es una pregunta interesante, tiene muchos niveles y además introduce una palabra de la psicología cognitiva. Poder hacernos reflexionar sobre el concepto general de Stress, nos  introduce en el paradigma cognitivo, con Lazarus.

Burn out y Stress introducen una cuestión que apunta a lo laboral, y nos dirige al concepto de las modas por ciertas de las denominaciones, a la posibilidad de distinguir entre neologismos y comprensiones realmente novedosas. Como Stress y Resiliencia. Donde también se juega esta problemática de neopalabras o de neoconocimientos. Todo un tema sobre el  que últimamente he estado pensando mucho. Burn out y Resiliencia..., tal vez haya que desglosar lo que verdaderamente nos queda; ver qué nos queda después de la moda, de cierta intención exagerada que tienen estas palabras. Como el famoso Síndrome de Stress post-traumático, con su sigla PTSD.

Stress y niños, Stress y vida intrauterina, nos introduce en lo que estábamos hablando, con vos, antes del inicio, allí afuera.  Hablábamos de un chico de 19 años con una enorme impulsividad. Yo creo que gran parte de las respuestas a la comprensión de las patologías impulsivas, como de otras  alteraciones psicopatológicas severas, encuentran de alguna manera algún grado de punta, en lo que es la investigación de lo disposicional, siguiendo lo que hoy sabemos de Stress.

Y  síntoma neurótico y  síntoma psicosomático, esta pregunta tuya, que sos estudiante...  Como dice un amigo mío, que es un gran profesor de matemáticas, “... mirá,  las preguntas de los estudiantes, son las mejores, porque los estudiantes preguntan cualquier cosa. En cambio nosotros, los profesores, siempre preguntamos de manera previsible...” . Claro, con Stress, preguntar sobre síntoma neurótico y síntoma psicosomático, sería como  para decir, muy de primera mano,  “número equivocado”. Pero ha hecho una pregunta que va al corazón de lo que yo quiero transmitirles, si es que lo logro.

Precisamente la pregunta de Chiche, sobre Stress y Distress, tiene que ver con uno de los libros de Selye, con su opus magnun, que se llama “Stress”,  una obra monumental de los años 50. La primera publicación de Selye es de 1936 en Nature. El tiene un libro que se llama “Stress and Distress”. Dentro del campo de la medicina la palabra Distress es bastante corriente; Distress respiratorio del adulto, por ejemplo. Cité la primera publicación del año 1936, llamada “Un síndrome producido por diversos agentes nocivos”, que  viene bien  para comentarles como nació en este hombre la idea de Stress. Allí no menciona todavía, taxativamente, Stress. Cuando hablo de Selye soy un poco injusto con otros hombres;  los voy a mencionar para estar tranquilo, porque acá hay una cuestión de paternidades, en última instancia de niveles simbólicos. Claude Bernard, es un antecesor de Selye,  dice: “la constancia del medio interno es la condición de la vida libre e independiente...” circa 1850. De esta manera nos  habla,  constancia del medio interno,  condición de la vida,  libre e independiente; parece subyugado por la esbelta imagen de “La libertad  conduciendo al pueblo”, de Delacroix. De cómo Bernard, francés, está con todos los ardientes ideales en su conocida expresión; a él Selye se viene a enganchar.

Es que estaba pensando en definitiva, en qué es la vida, qué es ese constante comercio entre los seres vivos y el ambiente. Siempre decimos nosotros que los seres vivos comerciamos constantemente con el ambiente. Y que en el ambiente de los hombres, antes que nada,  están los otros hombres. No solamente los ríos, los pastos, las montañas lo son;  fundamentalmente nuestro ambiente, ambiente humano, lo constituyen los otros significativos.  Y de eso se trata cuando hablamos de vida. Este es el tema a tratar.

Selye comenzó sus indagaciones en el año mil novecientos veinti pico, ustedes saben que las hormonas se descubrieron por entonces. Fue Banting quien recibió el Nobel, en 1923, por el descubrimiento de la insulina. De modo que aquellos investigadores tenían la idea de mediadores químicos a distancia, pero no tenían una  química muy poderosa. Los trabajos como los de nuestro Houssay, que también ganó premio Nobel tiempo después,  se hacían con modelos completos, modelos animales, con ablación de órganos. Recordemos a los  famosos “perros de Houssay” a quienes él les quitaba el páncreas, o la hipófisis;  hacía grandes investigaciones, a partir de esos experimentos infería que había mensajeros químicos que después intentaba encontrar en la sangre. Trabajaban en experimentos con animales, con pocos recursos de química, muy lejos de lo actual, cuando tenemos a disposición los avances  de lo molecular. Es  muy posible pensar que la actual hegemonía de lo molecular, alejándose de los modelos de experimentación animal, los del animal completo, nos hayan dado por un lado mucha profundidad en ciertas comprensiones, en lo “microfísico, microquímico”, pero apartándonos de la valoración  in toto,  más cercana a la clínica cotidiana, la del hombre total en situación.

Hans Selye era un clínico,  tan es así que en una de sus referencias nos hace acordar a Charcot. Pensemos cuando éste les dice a sus visitantes en la Salpetriere,  “la teoría es buena pero no priva los hechos de existir”. Esta fue una de las frases que más impactó a Freud en su visita al gran maestro francés. Selye dijo algo parecido en uno de sus libros;  lo que había observado era que todos los enfermos tenían una cosa parecida.  Todos tenían decaimiento, cierto grado de abatimiento, cierto grado de astenia, temperatura, variaciones en los ritmos vitales, alteraciones del sueño, etc. Por entonces, cuando Selye era estudiante, ya era un principio central buscar lo diferente de cada proceso mórbido, de cada enfermedad. La búsqueda de enfermedades como “entidades en sí mismas”, con sus rasgos distintivos. Nuestro hombre, en cambio, tal vez con una idea más de proceso, pensó en lo que era similar entre todas ellas. Esto fue lo primero que le llamó la atención,  lo llamó a eso  “síndrome de estar simplemente enfermo”. Entonces él después empezó a correlacionar lo que sería la respuesta general del organismo, ante las tensiones que debía enfrentar. Entonces allí empezó a materializar una serie de ideas. Como aquellas que llamó “Síndrome General de Adaptación”. Frente a cualquier situación o acontecimiento vital como puede ser desde una muerte de un ser querido, un quiebre económico, un accidente, una quemadura, a una hemorragia.  Cualquier episodio que viene a perturbar la materialidad de la cual estemos conversando. De lo cual se desprende lo que dijo Chiche,  es imposible vivir sin Stress. El Stress, dicho anticipadamente es la vida.  Cualquier otra cosa que se escape de las posibilidades del Stress entra dentro de lo inerte.

Como dice Bateson “...si es que existe lo inanimado”. Porque nosotros sabemos que aún las transformaciones moleculares que suceden en los cementerios,  también allí tenemos un cierto grado de excitación,  allí hay un movimiento, un intercambio constante dentro del orden natural. Dentro de lo que serían las grandes transformaciones que asientan sobre la Tierra. La vida implica siempre un cierto grado de tensión. Y que por supuesto, si se apunta a la vida intrauterina, uno podría poner a la angustia del nacimiento, como uno de los extraordinarios y grandes Stress iniciales.

Entonces él dijo; yo voy a emplear esto en forma inespecífica, “el síndrome de estar simplemente enfermo”. Entonces él vio una reacción inespecífica que no está atada a ninguna condición estresante. De paso  inventó la palabra estresor. Que sería algo así como lo que da el puntapié inicial al problema. Describió en el eje del tiempo una Fase de Alarma, una Fase de Resistencia y una Fase de Agotamiento. En cada una de estas fases fue buscando correlaciones clínicas, anatomopatológicas y  bioquímicas. Correlaciones clínicas, o sea de lo observable por los sentidos; correlaciones patológicas, acá me estoy refiriendo no a la patología de patos sino a la anatomía patológica; y alteraciones bioquímicas. Porque la bioquímica empezó a tener un enorme estallido, que fue en la Segunda Guerra Mundial hasta hoy con las hormonas,  los neurotransmisores y otras sustancias que están implicadas en esta agitación de la que estamos hablando.

La fase de alarma, es la de activación frente a la situación tensionante, es la fase del aprestamiento. En ella fundamentalmente hay una movilización de un eje, que hasta la época de él se llamaba  eje hipotálamo-hipófiso-adrenal. El hipotálamo es una partecita que está en la base del cerebro, es un gran centro de control de las funciones hormonales y del sistema nervioso vegetativo. Cuando nosotros estudiábamos en la década del 60, todavía se decía que la hipófisis, una glándula que está en la base del cerebro, era “el gran director de orquesta”. En aquel apunte que les hablaba,  de Fisiología, ya se había descubierto el CRF, se decía que la hipófisis había sido destronada del puesto de director de orquesta por el hipotálamo. Después se descubrió que toda la glándula hipófisis es controlada funcionalmente por el hipotálamo.

Este hombre dijo acá hay una movilización frente a la tensión, a la demanda ambiental del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal.  También del eje hipotálamo-sistema nervioso vegetativo.

En esa fase de alarma se produce una activación, que es una activación neurohormonal y neurovegetativa. Esto que yo decía CRF, ACTH, suprarrenales. Y en las suprarrenales, que están ubicadas arriba de ambos riñones, se produce la liberación del cortisol, una hormona muy importante en todo esto.  Supongamos que en éste momento se produce un incendio, nosotros tendríamos una activación ante la situación de amenaza. Esa amenaza generaría muchas cosas. Generaría una activación neurohormonal importante,  una alteración neurovegetativa muy importante; habría una producción de cortisol muy elevada, una activación del sistema nervioso simpático, que es el sistema dirigido fundamentalmente a la lucha o la fuga, fight or flight. Como decía Cannon. Estaríamos taquicárdicos, con las pupilas bien abiertas, respirando intensamente para aumentar la concentración de oxígeno, sustraeríamos toda la sangre del sistema cutáneo para enviarla a los músculos, prestos para la acción, el corazón estaría bombeando mayores cantidades de sangre.  El corazón bombea 5 litros de sangre por minuto, entonces aumentaría porque hay que llevar a los tejidos más oxígeno y más azúcar, para producir una respuesta de cierre eficaz sobre la situación esta que queremos sortear; puesto que ya sabemos que todo bicho que camina va a parar al asador, pero lo más tarde posible. Entonces lo que trataríamos de hacer es una acción efectiva, eficaz,  para sortear este riesgo. Estaríamos hablando de la supervivencia.

Bueno, de hecho que también necesitaríamos más azúcar para lo cual el cortisol va a liberarlo los depósitos  que hay en el cuerpo, para tener una mayor disponibilidad,  generar toda una cuestión económica que permita un cierre operacional acertado. En realidad toda la vida es una tramitación que busca tener esta inscripción.

Siempre se cree que la biología es de la línea, una suerte de causalidad y sus efectos. Acá vuelve a aparecer el mecanicismo. En realidad la vida es del círculo,  porque hay una tramitación sensorial que hace que haya el ingreso de una sensación, que luego adquiere la noción de percepción porque se adscribe a una cierta significación, como el fuego por la amenaza, y una tramitación que es la devolución de una acción efectiva, que produzca un cierre que tienda siempre al mantenimiento de esa constancia,  de esa homeostasis. Habrá que ver después como hacemos para sostener esto en el ser humano, pero la tramitación sensorio motriz, vale desde una lombriz de tierra hasta un hombre. En realidad nosotros somos máquinas de tramitaciones sensorio-motrices, donde hay una perturbación, una  interpretación y una devolución de una acción en consecuencia. En el hombre esto tiene, por supuesto, una enorme complejidad.

 No es lo mismo una respuesta mecánica, que una respuesta como puede darse en el hombre. Todo este movimiento que yo planteaba recién, es un movimiento para producir una acción efectiva. Implica un cierto grado de conocer para el sostenimiento de las condiciones internas. Yo suelo decir siempre, como Maturana,  “conocer es acción efectiva en la praxis del existir”.

Entonces hay una respuesta que es inespecífica, automática; pero que es automática siempre desde el orden de las significaciones que debemos construir. Sin duda si yo veo una llamarada de fuego, me voy a preocupar mucho, pero si veo que un señor prende un fósforo tal vez no, pero tal vez sí podría sentir que un fosforito podría significar un incendio, y yo tener una reacción de activación extraordinariamente importante. Esto ya nos va poniendo en la pista que la activación depende del orden de la significación. Que arriba del hipotálamo hay alguna otra cosa, en el hombre en realidad la respuesta, para decirlo de alguna manera. está en función de su orden de significaciones.

Después se supo que la activación no era solamente neurohormonal, neurovegetativa; sino que también es neuroinmune. El Sistema Inmune, nuestro sistema linfocitario, nuestros linfocitos T o B, etc.. están en un “órgano flotante y difuso”,  en nuestro cuerpo. Ya el concepto de órgano ha cambiado, no hablamos de órganos limitados por la anatomía, como podría ser el estómago, el ojo, sino que ahora se habla de órgano desde el punto de vista funcional. Por ejemplo el Sistema Inmune tiene órganos concretos, como el bazo, los ganglios linfáticos, pero también es un órgano que está disperso por toda la sangre habitando en los linfocitos,  que tienen códigos, toda una  suerte de acompasamiento funcional, que nos permite considerarlos, en conjunto como  un órgano. Sumamente extendido, por todo el cuerpo.

El sistema inmune también sufre en esta activación transformaciones para el afrontamiento, en el “hacer frente a”. Esto es mucho más complejo, hay diferencias entre el Stress agudo y el crónico, pero a mí me parece que sería ponerlos al riesgo de hacer más confusa la charla y sacarlos del eje conceptual que yo quiero sostener. Porque en realidad, y esto es lo fundamental que vengo a sostener,  lo que se estaría escapando hoy en día en el concepto de Stress, es el eje conceptual, general;  no tanto lo referente al  eje específico, de si hay una hormona más o una hormona menos.

Después este hombre vió que había una Etapa de Resistencia, donde había como un sostenimiento de las condiciones, en una especie de espera hasta que se produjera la transformación necesaria ante la situación crítica, que se caracteriza por un aumento de la presión arterial, por un aumento sostenido de las condiciones energéticas,  del metabolismo, por un aumento de los intercambios de oxígeno, de anhídrido carbónico, y algunas alteraciones que se dan de la anatomía de sus órganos como por ejemplo de las suprarrenales. De hecho cuando hablo de la activación neurovegetativa, no me tengo que olvidar de la adrenalina que es la hormona de la acción, es la hormona del aprestamiento.

Pero si esa resistencia se sostiene mucho en el tiempo y la acción específica no llega, el sostenimiento de esas condiciones se transforma en antieconómica y se entra en una Etapa de Agotamiento que lleva a una conducta de extinción y muerte,  de la inhibición.  Allí es donde Selye vió, por ejemplo,  las famosas úlceras de Stress.

Hubo un experimento “natural”,  prototípico, de la Medicina Psicosomática. A principios del siglo pasado, existió  una persona que tenía una fístula gastrocutánea traumática; se le veía el estómago desde afuera. Porque el hombre había sufrido una lesión y no habían podido reparársela,  le había quedado lo que llamaríamos una gastrostomía. Entonces a una persona muy inteligente se le ocurrió observar  a este señor cuando cambiaba sus tenores emocionales;  le miraba la mucosa del estómago y la veía, que  enrojecía o que palidecía,  concretamente  tenía cambios visibles en relación a la situación emocional.

Porque en realidad la emoción es lo que pone en movimiento todo esto, se trata de la puesta en juego de mecanismos básicos, centrales. Y todos sabemos que la emoción, está antes que la razón;  si yo escucho un ruido se van a movilizar defensas mucho más rápidas, de aprestamiento, que cualquier cognición que yo pueda tener.  Es decir, uno va a reaccionar primero y va a preguntar después, como hacen los policías.

Yo siempre le digo a mi hijo, “... mirá nene, cuando veas un policía, recordá que primero reacciona y después pregunta”. Ese mecanismo en los policías, como en cualquier otro,  es muy malo porque por ahí pueden terminar matando a alguien. Pero en la vida es un dispositivo básico que está al servicio de la supervivencia,  la emoción tiene un enorme valor de supervivencia.  El problema es después,  cómo hacemos con la emoción y la razón.  Cómo nos incluimos en una cultura sin abuso, sin sometimiento. Con responsabilidad. Pero esto viene después. La emoción es anterior, filogenéticamente, ontogenéticamente. Si ustedes quieren es un saber, un conocer;  pero automatizado, heredado,  inscripto en las redes neuronales subcorticales, con gran precisión, con gran eficacia. Altamente económico.

Este hombre que veía el estómago, antes que Selye, vio que las emociones tenían un correlato físico, siguiendo vías neurovegetativas. Entonces, fue como el caso de Selye, que observó úlceras, que observó aumento de la presión arterial, incremento de los infartos de miocardio... . Y allí nació, en parte,  la Medicina Psicosomática actual, que vino a unirse a las corrientes que vienen desde  los griegos. En Europa central, de la mano de Freud, de Breuer y otros, como von Weizsacker; en  Alemania,  con Groddeck también. Ustedes conocen que fue Groddeck quien le sugirió a Freud la denominación de ello, que estatuiría en 1923.

Hay entonces un Síndrome General de Adaptación; de allí Selye infirió el término Enfermedades de Adaptación. Ahí aparece el término Distress. Cuando no se ha logrado producir un cierre económico, adecuado, sobre el entorno. Configurándose una manera distinta de vivir. Entonces él inventó otra palabrita, dijo si hay una homeostasis, la homeostasis de Cannon, que venía como dije antes, del maestro  Claude Bernard, hay una Alostasis. Hay otro equilibrio; aparece una idea que es muy fructífera, que tiene un valor heurístico muy importante.  Porque en realidad todas las teorías, lo mejor que tienen es un valor heurístico. Las teorías después pueden transformarse, pero el valor heurístico, significa, como sabemos, la posibilidad de pensar cosas.

En realidad para salir del Stress lo que es necesario es la capacidad de pensar, sobre todo en el hombre. Entonces: ¿ qué quiere decir esto de Homeostasis?  que existe un equilibrio, un equilibrio deseado.  En la Etapa de Activación, en la Etapa de Resistencia, si se encontrara una tramitación exterior exitosa nosotros  nos recuperaríamos; o simplemente darnos cuenta que era, apenas, una señal de alarma. Pero hay gente que alcanza otros equilibrios y entonces aparece la enfermedad como un continuo desde la salud, de pasaje de la Homeostasis a la Alostasis. Es decir, Alostasis también es una forma de estar en el mundo; que puede conducir a la muerte, pero es una forma, es una manera de “rebuscárselas”. “Cada uno se las rebusca como puede”. Dicho sea de paso, la Homeostasis, no es un equilibrio de punto.  El equilibrio de punto es uno de los equilibrios posibles, pero existen equilibrios pendulares, de oscilación, entre cierta variabilidad. Existen los equilibrios caóticos, que suponen desorganizaciones y reorganizaciones constantes sobre una misma trama. La mente funciona desde este punto de vista,  de desorganizaciones y organizaciones constantes. El equilibrio cero es la muerte. Uno lo persigue el equilibrio, está cerca y se nos escapa. La vida es así, el Stress está siempre allí. Hay un punto de quiebre donde nos pasamos al Distress.

Habría que señalar que Selye, lo que quiso describir con Stress, fue simplemente una reacción en el terreno fisiológico,  absolutamente inespecífica; de los efectos que esta reacción producía. Pero en realidad la ansiedad, tal como me preguntas,  es una categoría distinta. El protoplasma vivo para sostener la vida necesita encontrarse en alguna situación ambiental, en la cual exista un comercio, que resulte eficaz. Desde una ameba en agua hasta nosotros. Necesitamos estar sometidos a esta tramitación sensorio-motriz de las que les hablaba. Todo en la existencia pasa por una tramitación sensorio-motriz. Nosotros mismos, humanos, somos desde el principio,  una masa corporal que portando un cierto capital genético, pulsa hacia un afuera, en busca de una diferenciación.

Entonces, en esos momentos fundantes, tenemos la angustia, que no es otra cosa que  angustia refleja,  la de la vida intrauterina cuando cae la presión de oxígeno, o cuando se produce un ruido, o cualquier otra alteración  en la madre. Que de alguna manera va a tratar de producir un nuevo enganche o reenganche,  una nueva tramitación con el ambiente. Hablamos de lo que sería una angustia refleja, una angustia sin nombre. Sin nombre porque no tiene acceso al lenguaje, pero uno de afuera le puede dar nombre y decir “esto es  angustia”. La angustia tiene la categoría de tal desde el lenguaje, pero uno podría decir “acá hay una agitación, acá está pasando algo”. Y se ve claramente en el recién nacido. Se ve en la dotación genética, que traemos en la sonrisa refleja; después en la sonrisa social, en la angustia de los 8 meses. Se ve en  las organizaciones iniciales de la actividad refleja, en el l acompasamiento de esa actividad refleja con el ambiente. Uno ve que en realidad lo que se está organizando allí, en esa interfase entre el protoplasma anhelante y el medio,  es un Yo. Una modificación de ese protoplasma, se está transformando una capa diferente,  de tramitación de esa capacidad. Capacidad de establecer coordinaciones sensomotrices de creciente complejidad, siempre en pos de arreglos con el medio, buscando un equilibrio. Un equilibrio que le permita “ir siendo”.

Así como este Ello es la memoria de los otros, de los muertos. Ese Yo, es la nervadura personal, del orden de la significación. Y de ahí va a salir después el problema de la angustia automática y de la angustia señal. Porque la Angustia Refleja es la angustia básica, la angustia innominada.  Lo otro que puede suceder es  la angustia tóxica,  la Angustia Traumática.

Yo creo que esta acotación de Freud sobre angustia señal y angustia automática es una de las más brillantes que existen a la comprensión de la existencia, hasta hoy.  Yo no veo otra manera de entender es Stress, sino es desde esta dirección. Lo que sucede en la enfermedad psicosomática es que hay un fracaso en la tramitación de la angustia. Hay un fracaso en la posibilidad de conseguir una tramitación efectiva. Como dice Fairbain “cualquiera puede tornarse esquizofrénico si está flotando sólo, en una balsa en  medio del Océano Pacífico” , todo dependerá del estresor, y todo dependerá de nuestra capacidad de significar y de tramitar las situaciones en el momento en que le toca.

El pasaje del Stress al Distress, dependerá fundamentalmente de nuestra competencia para la tramitación. Tiene que ver con los niveles de modulación emocional que pueda tener la persona. De ahí nacen las estrategias de afrontamiento. Uno va a afrontar la realidad de alguna manera o de otra, en el caso de la psicosis creando otra realidad. En el caso de las neurosis produciendo una deformación de la realidad. En la enfermedad psicosomática, produciendo una disociación, una suerte de escisión del yo; entre lo que se conserva como realidad y lo que se tramita en forma refleja o automática, como otra realidad, al lado de la anterior.

Una vez lo escuché decir a Chiozza, “olvíden buscar  ese guión tonto en el hipotálamo, de lo psico-somático”. Es un psicosomatista de la escuela que sostiene la especificidad de las enfermedades psicosomáticas. Él supone que cada enfermedad psicosomática tiene una lectura,  por ejemplo, a lo Garma,  sostiene que la enfermedades  psicosomáticas  tienen  un significado simbólico específico. Dice que todo se resume en una  dificultad nuestra de leerla de darle contenido simbólico. Pero que este existe siempre. Dice, “olvídense de ese guión”. En realidad yo no me olvido, no soy partidario de esta idea de significaciones específicas, fantasías específicas, para cada enfermedad. . Es un tema de discusión muy fuerte. Para Chiozza, por ejemplo, la ictericia tiene que ver con la envidia. Tiene una especie de catálogo interpretativo. Pero la enfermedad psicosomática, tiene que ver con este guión, con el animal enjaulado que no puede dar una respuesta económica frente a esta situación y produce un vuelco somático. Poco o nada legible.

Laborit  es un hombre que trabajó una temática que llamó “Agresología”, desde la década del 50, en el Instituto de Investigaciones de la Marina francesa. Él es el guionista de “Mi tío de América”,  una película que se puede ver. El era el que hacía esto de poner a las ratas frente a un estímulo inescapable. Así inventó su teoría de la Inhibición de la Acción. Dice que la inhibición de la acción es el aprendizaje de la ineficacia de la acción.

En la película, Gerard Depardieu, representa un hombre, René Regueneau, que vive con su familia en  la campiña francesa, ha sido gerente de una curtiembre que es vendida a capitales exteriores. Marca los orígenes de la globalización. La familia para salvarse vende la empresa a unos ingleses. Vienen los ingleses. Regueneau empieza a ser radiado porque está fuera de lo que es el mundo de las empresas. La empresa va a sufrir transformaciones importantes, entonces a él le van a ir pagando lo mismo, pero en realidad lo empiezan a poner en un escritorio al costadito, empieza a sentirse muy mal, no puede darse cuenta, sobre todo para responder a  lo que sucede. Y  enferma. Empieza a tener impotencia, problemas con la mujer, creo que hace una úlcera. Laborit, a veces en off, a veces  en su laboratorio con las ratas,  muestra su teoría de la Inhibición de la Acción. Laborit tiene una teorización muy interesante sobre el suicidio, él dice que el suicida hace lo único que puede hacer:  actuar contra sí mismo. Bueno, ahí está más o menos lo de la angustia, lo de la neurosis, lo de la enfermedad psicosomática. Donde obviamente en la neurosis habría una tramitación más maleable, más adecuada, más lograda.

Por ejemplo yo hasta los 4 años casi no hablaba y ahora he logrado “dormir” a la gente. Quiere decir que ha sido un síntoma neurótico que he logrado transformar, he logrado “rebuscármela” para que me escuchen, es decir sería una transformación relativamente exitosa.  Mis padres se preocuparon muchísimo y me llevaron a todos los médicos, mi mamá siempre lo contaba;  yo un día empecé a hablar y no paré hasta hoy.  Le decían “señora este chico está sano”. Mi mamá decía muchos refranes y dichos. Decía siempre “epur si muove”, que como seguramente saben, se supone es una frase que dijo Galileo susurrando a los inquisidores; ella lo decía con cierta ironía. Yo me acordaba de esta charla, porque la vida no quiere decir que sea movimiento muscular, usar el cerebro como un músculo, si no el cerebro como un sistema de organización de pensamiento; que es lo que fracasa en estas enfermedades. “Y aún así se mueve”. Ella decía esto cuando, bastante cansada, escuchaba mis interminables explicaciones ante alguna travesura. Como testimonio de que no la sacaría de su idea. Diciéndome que seguía pensando.

Les voy a contar algo muy bonito que un colega amigo,  el Profesor  Alcides Greca, mostró hace poco. Si observamos un mapa  de Los Angeles, en su área metropolitana, antes del famoso terremoto, la incidencia de infartos en un cierto período, ocupaba cierta y determinada extensión, cierta y determinada superficie, otra estaba casi libre. Después del terremoto, en el mismo mapa, puede verse que donde estuvo el epicentro, se encuentra la zona de mayor incidencia de infartos. Siendo que antes era una de menor incidencia relativa. Es algo contundente. Acá hay una neta correlación entre circunstancias de la vida y la incidencia de enfermedad.

Nuestra capacidad perceptual, obviamente tiene sus límites. Por eso la necesidad de ciertos estudios para ampliar nuestro horizonte. Como en este caso, donde nos valemos de estadísticas y su proyección, simplemente tomando los lugares donde hubo sujetos con infarto de miocardio, antes y después del desastre. O cuando vemos la incidencia de tumores malignos tras pérdidas de seres queridos u otro tipo de eventos, también pérdidas, como jubilación o retiros. Es cuando nos podemos advertir de fenómenos muy difíciles de capturar desde la conciencia y el lenguaje. No solo en este sentido, si no también de lo es una tramitación absolutamente inconsciente para el sujeto y quienes lo rodean.

La  aparición de tumores donde supuestamente desde, como ya he dicho,  la conciencia y el lenguaje, la persona parece haber “superado” el duelo es notable. Se delinea una cierta regularidad temporal hasta el momento cuando emerge, se nota, la incidencia de la patología. Lo que habla de los tiempos biológicos, de que hay costos somáticos que se pagan, de fenómenos celulares que se desatan más allá del estrecho campo de nuestra percatación.  Son cosas interesantes para seguir desde la clínica, la incidencia del trauma y la emergencia de patología. Hay que pensar que las leyes de nuestro cuerpo tienen su lógica propia. Hugo Bleichmar dice esto. El trabaja el tema de la “modularidad”.

Auditorio: Klein plantea que una cuota de ansiedad es imprescindible para la vida y el desarrollo, mientras que un exceso inhibe el desarrollo.

Prof.: ahí vamos entrando en la pregunta del Stress y sus destinos. Uno de los destinos es la banalización, el mecanicismo y el aplanamiento de la vida mental. Utilizando esta palabra para cualquier cosa, sin darle nivel de categoría que le corresponde. Ese es el primer destino.

Abecasis describe el Stress con un quebrado, en el numerador Activación, en el denominador Control; controlabilidad, no control en el sentido obsesivo, sino como la capacidad de tramitación. Esa relación sería igual a Stress. Hay personas que tienen una activación importantísima; hay personas que tienen distinta capacidad de control.  La palabra control viene de la cognitiva, sus teóricos utilizan  palabras como estrategias de afrontamiento, hablan del locus de control. Si el locus del control está puesto dentro de uno o fuera del sujeto; hablan de las expectativas de logro. En fin son todas cosas de alta razonabilidad que pueden interesar a una asociación de psicodiagnóstico, en el sentido de la selección de personal por ejemplo; hay algunos tests y mediciones. Que para mi gusto una entrevista clínica permite ver bastante rápidamente:  dónde una persona coloca el locus control, si lo ubica fuera y entonces “la culpa la tiene el vecino”... . Hay personas que tienen una activación desmesurada y el monto de angustia no tiene una regulación, una modulación adecuada. Entonces la angustia se torna perturbadora del pensamiento.

El orden de las significaciones está siempre presente.  Por ejemplo si uno tiene un paciente que ha sufrido un accidente, es evidente que sobre ese accidente va a construir un orden de significaciones. Los médicos solemos decir: “este es un buen enfermo”, “este es un mal enfermo...”. Una curiosa taxonomía. Un “mal enfermo” suele ser uno que se pone muy mal frente a la emergencia de la situación traumática. Es decir que su orden de significaciones no le permite tener una actitud favorable para soportar ese límite, las injurias que ha sufrido. Pero también la injuria traumática, en el estricto plano somático,  tiene sus leyes propias, responde a la “modularidad del cuerpo”;  y bueno..., si uno ha perdido 3 litros de sangre, no es lo mismo que 50 cm.. Es un Stress diferente. El Stress es la respuesta fisiológica;  el conjunto de manifestaciones que acompañan al  suceder del vivir del individuo-sujeto.

Nosotros sabemos que las células son usinas de transformaciones moleculares, pero están ligadas a los intercambios ambientales. Nosotros teníamos una idea de la genética como una cosa estática; pero hoy sabemos que una célula, una neurona, tienen en su interior un aparato de codificación de señales, el ácido desoxiribonucléico, el ADN;  que tienen ARN mensajero,  que tienen  sitios de producción de proteínas, neurotransmisores, que van a generar ciertas redes de estabilidad de tramitación de la información. Éstas células, ya dijimos,  también están sometidas a las tramitaciones ambientales. Ustedes recordarán aquello del genotipo y del fenotipo. El fenotipo no es otra cosa que el genotipo alterado por las condiciones ambientales. Sabemos de los procesos de migración neuronal, del desarrolllo intraútero, porque las neuronas migran, buscan encontrarse en las redes celulares; sabemos de su diferenciación, de su proliferación. Y de la mielinización. Hechos que están ampliamente influidos por las condiciones ambientales desde la vida intrauterina; y que las situaciones de alto nivel de Stress, o sea de alto nivel de amenaza, producen alteraciones en estos pasos. Hoy no es un “delirio” pensar que en la vida intrauterina suceden estas cosas.

Pensar en todo el caudal de fluctuaciones que suceden en el par madre – medio ambiente, con su repercusión en el producto de la gestación. Fluctuaciones que van desde su alimentación, el nivel de tóxicos como el tabaco o el alcohol,  los ruidos, hasta las vicisitudes de su vida personal social, de sus afectos.

 De 0 a 6 años son los momentos donde más se están produciendo las transformaciones necesarias para el desarrollo, la maduración de la estructura del cerebro; cuando tenemos la emergencia de los períodos críticos. Son períodos muy particulares, donde ese material está “fresco”; requiere las oportunidades ambientales para su organización, su consolidación; de  lo que sería una especie de “soft”, de programa que se instala sobre el “hard” que es  todo el sistema nervioso. Hoy se habla de fenómenos vinculados al Stress prenatal, neonatal, perinatal; que producen alteraciones complejas sobre el genoma. En este mismo momento, en  los genomas nuestros, en los de cada uno,  los ADN están moviéndose. De todos los que salgamos hoy de este sitio, ninguno va a salir igual, porque en algún sitio habrá transformaciones moleculares, en las células donde tiene asiento la memoria; esto hará que nosotros podamos decir que hemos  pasado la mañana entera charlando en ADEIP. A partir de ahí podrán construirse o deconstruirse determinadas cosas.  Pero nadie va a salir igual de aquí,  molecularmente hablando. Y por ende, subjetivamente hablando.

Esas complejas actividades moleculares vinculadas a los ácidos nucleicos, a la consolidación de estructuras proteicas,  al establecimiento de sinaptogénesis (o sea la génesis de sinapsis), es un complicado equilibrio entre el nacimiento  y la muerte de ciertas sinapsis, tratando de establecer rutas, asambleas neuronales, como decía un fisiólogo de la década del 40, Hebb, Uno de los padres de estas concepciones neurofisiológicas que ordenan, que consolidan nuestra disposición; con su concepto de  “asambleas neuronales”.

 Acá aparece la famosa historia de las series complementarias,  ineludible para  mi pensamiento: lo genético, lo histórico, lo actual.  La llamada “ecuación etiológica” de Freud;  series complementarias donde la disposición supone las dos primeras, que vienen a encontrarse con el azar, los episodios actuales. En “Sobre la dinámica de la transferencia (1912), en una nota al pié, muy al principio nos dice: “Nos negamos a estatuir una oposición de principios entre las dos series de factores etiológicos: más bien, suponemos una regular acción conjugada de ambas para producir el efecto observado”.  Hoy se conoce que hay un acompasamiento entre los procesos de sinaptogénesis, migración neuronal y las influencias ambientales, verdadero “telar” de la trama de nuestra subjetividad. De un cierre entre lo genético y lo ambiental. Antes se decía “el saber no ocupa lugar”, claro eso se podía decir tal vez en tiempos de Kant, que tendría solamente unos cuantos libros, que había leído enteramente.

 Pero el saber ocupa lugar. El cerebro de ratas deprivadas emocionalmente pesa menos; el hipocampo, que es una estructura del cerebro donde asienta la transferencia de la memoria de corto plazo a largo plazo, es más pequeño, pesa menos. Cuando las crías de madres abandonantes (que son madres enseñadas para  la deprivación de la cría, puesto que han sido sometidas a tal cosa), en las cuales la actividad de lamer y acariciar a su descendencia es baja, menor que en las ratas testigo normales, los hipocampos son de bajo peso. Pero cuando esas crías son transferidas a madres normales, en las cuales aquella actividad es la deseable, se ve que los hipocampos recuperan robustez. Siempre que esto suceda en un cierto tiempo. Entonces  vamos entrando en el  tema de la Vulnerabilidad; donde es importante este punto de vista,  porque la posibilidad de tramitar el mundo simbólico depende de la organización de la estructura nerviosa.

Es dable pensar la gran parte de la tramitación de 0 a 3 años es mediada por el cerebro derecho, el hemisferio derecho. Antes del lenguaje, la tramitación de la cría humana es de la imagen, del movimiento, del afecto. Es una memoria sensorio motriz, muy ligada a la emoción. Son los tiempos de la amnesia infantil, antes de la entrada al lenguaje.  Cuando se forja la  regulación, la tramitación de los afectos. Acá viene todo lo que tiene que ver con el problema de la angustia, se va organizando en este sector del cerebro derecho, se van organizando  patrones de activación. Acá viene lo de la disposición a la impulsividad, por ejemplo.  Ese enorme monto de activación obedece a fuertes patrones que después, en el campo de la palabra, aparecen como muy difíciles de regular, de tramitar. Como dije esto apunta al concepto de Vulnerabilidad, pero una Vulnerabilidad que no es meramente genética. Sino que es genética en el sentido de cómo se han construido esos patrones de activación en los primeros años de vida, a partir de las alteraciones de la sinaptogénesis, de la construcción de redes neuronales. Vías facilitadas. En realidad, la investigación de las patologías border line, de la psicosis, de la impulsividad están ligadas a estas vicisitudes. Es  probable, estoy seguro, de que hay sujetos más vulnerables desde el vamos, donde la incidencia de  episodios muy particulares de sus vidas en los primeros años, den como resultante “esos efectos observados”, como dice Freud. 

Un autor interesante, Allan Schore, un investigador americano, de las neurociencias en intersección con el psiconálisis,  ha escrito sobre estas cuestiones y la regulación afectiva del Self. Investiga en niños. En estos el cerebro derecho, antes de los tres o cuatro años, es el dominante. Ustedes conocen sobre los trabajos de Sperry, en especialización hemisférica. Saben que el cerebro derecho es más del procesamiento analógico icónico, que el izquierdo es más digital.  En una Revista Psicodiagnosticar de 1998 ustedes pueden leer un trabajo de Latife Yazigi sobre “Rorschach, emoción y cerebro derecho”; allí pueden encontrar una correspondencia franca con esto que les estoy contando, escrito por una persona que ha incursionado tanto por el Rorschach psicoanalítico como por una Neuropsicología que llamamos “Profunda”.

En los primeros años el hemisferio derecho es más pesado que el izquierdo, es más activo. Es por entonces el verdadero “hemisferio dominante”. Luego hay una transferencia al izquierdo, donde asientan los centros del lenguaje digital. La mayor parte de las personas tienen las Areas de Wernicke y Broca a la izquierda; ellas son encargadas de los planos semánticos y fonológico-sintácticos del lenguaje respectivamente. Siempre se dijo que el hemisferio izquierdo era el “dominante”. Este calificativo vale para después de los cuatro años de edad, y, desde luego, siempre para la tramitación discreta, secuencial, propia de lo digital. Pero no de lo analógico icónico, de lo holístico, propio del hemisferio derecho. Ha dicho Paul Watzlawick en “El lenguaje del cambio”,  tenemos “Nuestros dos lenguajes”. Y es en ese lenguaje del cerebro derecho donde asientan sus reales todas las tonalidades propias de los complejos emoción acción donde reposan los gigantes que mueven nuestra subjetividad, verdadero reino de las “representación cosa” freudianas.  Que buscan irrumpir en nuestra actividad cotidiana, sobre las que las palabras, intentan, vanamente, posarse. Es allí, en las vicisitudes de esas configuraciones, de esa intersubjetividad, donde se encarna, para nada metafóricamente, nuestra mismidad. Alguien ha dicho “la palabra nunca alcanza la estatura de la imagen”; expresión curiosa por cierto, en tanto lo estoy diciendo. Pero el decir, el “hablar”, como el “asociar”, nunca se corresponden con lo verdadero cuando no tocan, no rozan, por lo menos, el lenguaje del cerebro derecho. Cuando hablo de lo “verdadero” me refiero a la verdad de la belleza, tal vez del arte; esa verdad que brota, por ejemplo,  en la sesión de análisis en esos pocos momentos afortunados, cuando hacemos un “clic”. Ese es el momento cuando la palabra se aproxima a la imagen.

La Resiliencia, es como la contra-Vulnerabilidad, de alguna manera la Resiliencia tiene que ver con lo que ha sido traducido al castellano como elastancia por algunos autores. Justamente volvemos a lo que es elástico, aquello que puede recuperar la forma primitiva. Las redes neuronales, en sus niveles moleculares, tienen cierto grado de estabilidad, sometidas a las leyes de la autoorganización. Sabemos de la apoptosis o muerte celular programada; una tendencia a la extinción de la vida, genéticamente establecida, una cuestión fisiológica, no patológica. Bien, el trauma temprano, puede llevar esa apoptosis a niveles patológicos, acelerarla. Con despoblación neuronal, de allí el bajo peso de aquellos hipocampos de las ratitas de las que hablaba. Schore habla de una “psicotraumatología”, de una “traumatología del desarrollo”. Ahora estamos entonces a un paso de la comprensión Bio Lógica de las Patologías del Déficit, vía interrelaciones Stress-desarrollo. La apoptosis normal se acelera, se transforma en patológica. Esto también tiene importancia en los fenómenos del envejecimiento, en el desarrollo de las demencias. Seguramente hay sujetos que alcanzan más rápidamente un Alzheimer por esta vía; desde luego existe en ellos una predisposición genética, pero el Stress ha puesto lo suyo. Existen proteínas tanatogénicas, enzimas como las caspasas, responsables de esa aceleración de la muerte neuronal.

En el niño, en el recién nacido incluso, podemos encontrar fenómenos degenerativos similares a los que tenemos en la Tercera Edad.    Sabemos bien hoy que cada “brote” psicótico, que  cada episodio de un cuadro bipolar, implica un decremento del capital neuronal. Por eso se habla, con buen criterio, aunque tal vez con insuficientes alcances en la farmacología clínica hasta hoy, de la “neuroprotección”. Pero hay, felizmente, algunos otros “neuroprotectores”, que no se venden en las farmacias. Se sabe del rol del glutamato, un neurotransmisor activador muy importante, de los fenómenos de “excitotoxicidad”, con producción de verdaderas cascadas de reacciones bioquímicas a modo de auténticos venenos, tóxicos, celulares.  Estamos, por fin, acercándonos al título de la charla. A aquello de “El Stress y sus destinos”.

Las dificultades de tramitación simbólica nos empujan, mejor dicho empujan a los genes, a nuestra disposición heredada. El alcohol, las drogas, cualquier otra forma de las modalidades de instalación de nuestros yoes ante sus servidumbres nos llevan por ese camino. Hay quienes, claro está, mejor las soportan. Hay descriptas enzimas “neuroprotectoras”, como los llamados Factores de Crecimiento Neuronal, el Peptido Cerebral Neurotrófico. Habría sujetos más o menos “resilientes”, por ende más o menos “vulnerables”.

Hay quienes dicen, creo que con acierto, que la infancia es siempre traumática. Claro que debe haber diferentes niveles de trauma. Es posible pensar en quienes la Resiliencia pueda ser más vasta; en quienes la Vulnerabilidad sea mayor, aquellas personas de las que oímos decir tienen cierta “potencialidad psicótica”, por ejemplo. Esto es algo verosímil, por ahora no fácilmente determinable en la clínica, menos en lo preventivo. Por lo menos en ciertos casos. El trauma es siempre relacional; relacional al acontecimiento, relacional a las características genéticas inherentes a cada uno.

Dicho sea de paso quiero comentar algo sobre la palabra Resiliencia. Creo que está muy de moda. He leído que algunos escriben sobre el “Paradigma de la Resiliencia”. Como con tantas otras “neopalabras” de la jerga nuestra, yo creo que siempre trabajamos pensando en lo que hoy llamamos “Resiliencia”. No creo que ningún analista no haya pensado en ella, en explotar áreas posibles, en buscar otras salidas, en favorecer procesos integradores. No puedo creer que nadie haya interpretado solamente para “aniquilar” “malos” pensamientos. Uno escucha de “Resiliencia” en terapia de la drogadicción, de “Resiliencia” en los marginales villeros. Todo un descubrimiento. Se sabe, desde siempre, que hay sujetos que han podido acceder a extraordinarios niveles simbólicos mientras crecieron en la mayor de las miserias humanas. Yo entiendo a la Resiliencia en sus aspectos puramente neurofisiológicos. Creo que estos intentos de darle otra acepción confunden a la Resiliencia con ciertas operaciones técnicas acertadas que favorecen la emergencia de lo vital. Pero no entiendo una psicoterapia que se apoye en tal paradigma. La psicoterapia, cualquiera sea, siempre busca la “Resiliencia”, por definición. “Ese raro alquimista que es nuestra mente”, al brillante decir de Piela Aulagnier, debe incluir esos fenómenos de Resiliencia, donde se han dado encuentro lo genético y lo ambiental. Y desde luego, de donde se desprende la Vulnerabilidad.

Pregunta:  me parece que hay que rescatar la noción de misterio...

Profesor: claro, porque dos por tres, cuando vamos caminando por la calle, nos decimos: “...  qué fue lo que pasó?” . Por eso como a mi me gustan tanto  los alquimistas, me digo “ la vida es una extraña alquimia”...,  y que hay que tolerarla como es, tratar de hacerla lo mejor posible. Tener las mejores estrategias de afrontamiento. Esperanzados en que el “acontecimiento” nos sirva para cambiar, al menos algo. De hecho que acá están implícitas nociones de aprendizaje, de memoria. Cuando hablamos de significaciones, hablamos de memoria.

Pregunta: hay autores que destacan  el hecho de que al mismo efecto traumático hay gente que tiene capacidad de recuperación mayor. Ahora si esto quieres llamarlo Resiliencia..., su nombre es lo de menos. Es poner el acento sobre las fortalezas y los mecanismos positivos de las personas, que sobre el efecto de trauma, lo negativo de las personas.

Prof.: está bien, yo estoy de acuerdo, lo entiendo desde la Biología, es cierto.  Nosotros esto lo vemos, una persona  tiene una neumonía y se recupera en tres días; y tienes otra, también  con neumonía, “no  resiliente”, que se recupera en 20 días. Ahora, que fue lo que pasó, a veces uno no lo sabe fácilmente.

Pregunta: lo que a mi me parece que a grosso modo se podría decir, no como causa, hay que destacar, me parece que mientras mayor es la capacidad de pensar de la persona, más resiliente va a ser, porque lo que vos dijiste del Stress, se une con que el estresor es del orden de la significación.

Profesor.: voy a ir terminando con este tema de los destinos.  Otro de los destinos, tal como vos dices,  sería poder tramitar la vida de la mejor manera posible, esto de pensar. Selye dijo: “Más se vive, más Stress. Más Stress, menos se vive”. Una paradoja. Les decía antes de Vulnerabilidad y Resiliencia; en otro orden podría ser catabolismo y anabolismo; de otro moda sinaptogénesis, migración y diferenciación neuronal ante “poda neuronal”; apoptosis versus antiapoptosis. Un permanente y delicado equilibrio, una constante tramitación entre el ser vivo y el ambiente. Ya hemos dicho, lo repetimos, el ambiente no es otra cosa que los otros humanos. La vida no es otra cosa que una mezcla de vida y muerte. La muerte es un fenómeno inmanente a la vida. Después de la vida lo que hay es la no vida. La muerte no trasciende a la vida. El Stress patológico, si ustedes quieren la “Inhibición de la acción” que describió Laborit, se aproxima al concepto de “Pulsión de muerte”.

De hecho nosotros dentro de nuestra existencia física, estamos en un gran sistema que nos abarca. Los pluricelulares, en realidad, hacemos todo un pasaje para transmitir nuestras células fundamentales a la descendencia. Un pasaje de lo pluricelular, a lo unicelular, de ahí a lo pluricelular... . Y así siempre. Hay una transformación constante entre la complejidad y la pérdida de la complejidad. Entre la parte y el todo. Hay quien dice que en realidad nuestra vida no es más que  una tramitación hipercompleja, donde el individuo-sujeto no es más que el vehículo que transporta las células fundamentales, óvulo y espermatozoides, a lo largo del tiempo. A lo largo de la vida de la especie. Entonces  de vida y muerte tendrían una imbricación importante. Hay que aceptar la muerte para entender, para  poder vivir. Cuando hablo de muerte me refiero a conciencia de límites. Que se asocia a esa incapacidad simbólica de la que tanto hablamos. Más se vive, más Stress. Más Stress, menos se vive. El monto de Stress, cuando  es excesivo se acerca a la concepción del retorno a lo inanimado lo más rápido posible. A la extinción.

A mi me gusta pensar la idea de los diferentes principios.  Que estuvo sobrevolando toda la charla, recuerdan cuando yo decía, en la charla previa, que hubiera querido tener una “pizarra mágica”, me acordaba de los “Dos principios del suceder psíquico”. Donde hablamos de placer y realidad, me gusta pensar que la pulsión de muerte es previa a ellos, vinculada al Principio de Nirvana,  después  sucedido por una organización vinculada al principio de placer, ulteriormente con el principio de realidad. En realidad ese pasaje sería como una visión ontogenética,  desde  la angustia refleja a la angustia señal. Estableciendo una serie Principio de Nirvana – Principio del Placer – Principio de Realidad. Desde  lo que serían las tramitaciones, violentas y rápidas, a modo de descarga sin ligazón,  a las tramitaciones más sofisticadas, con ligaduras. Del reflejo simple al pensamiento; que es un conjunto de reflejos aunados.

Hay situaciones inescapables de la vida, pero, por suerte, también las  hay  donde uno puede mejorar, tramitar, ligar. La activación exagerada como descarga rápida, cerrando dramáticamente el circuito, anulando las tensiones, como expresión tanática. Violencia fatal, la de la hiperespuesta que lleva a la quietud. Con incapacidad para actuar, para pensar, de otro modo.

Entonces cuando se acerca un paciente y nos dice: “doctor,  estoy Stressado”. Uno empieza una historia. Una historia como tramitación, para que intentente salir de la inmediatez;  para ayudarlo a ingresar a un plano doloroso, más largo,  pero en definitiva más vital. Esa manera de decir, “estoy Stressado”, tan común hoy en nuestros pacientes, es una banalización.

Pregunta: Y el Burn out ?.

A mi me parece que el Burn out, también como ahora se dice, el Mobbing, otra palabra de la Psicología del Trabajo, que tiene que ver con el acoso permanente a una persona, suponen una verdadera insuficiencia simbólica. Para mi también  neopalabras, neologismos. Burn out sería asimilable a lo que ya dije sobre “el aprendizaje de la ineficacia de la acción, la inhibición de la acción”, a “no hay salida”. Yo llamaría a estos cuadros Neurosis Traumáticas, Psicosis Traumáticas si quieren, Afecciones Psicosomáticas. No Burn out.  Es cierto, la persona está “quemada”, está “fusilada”; pero en definitiva lo único que yo puedo hacer en el consultorio con una persona que viene que está en situación de trabajo, de un encierro brutal,  de situaciones de alto nivel de sadomasoquismo, es tratar de que esa persona se ponga a elaborar, a trabajar con sus ideas.

Como decía mi mamá, tan refranera: “Soldado que huye sirve para otra guerra”. Selye tiene una frase “... estaremos siempre activándonos, pero nunca cayendo en el final de la resistencia”. Si estás en un lugar de trabajo donde  te están haciendo daño, es posible disparar. He visto gente que trabaja en esas oficinas, como tantos por  ejemplo, verdaderos nidos de serpientes, donde se dan constelaciones sadomasoquistas muy tristes. Uno con esas personas trata de ver que está pasando en ellos, porque sino caemos en esa paranoia de que el problema es la estructura y no uno mismo dentro de la estructura. La estructura no trasciende al sujeto. Es inmanente a la relación. Para mi, el Burn out  es algo que tiene en la base altísimos niveles de Stress; pero justamente también con altísimos niveles de incompetencia simbólica.

También reconozco que hay gente que vive en niveles de sometimiento espectacular. No es el caso negarlo. Si se  de un hombre que consigue un trabajo de esos, que tiene 8 hijos..., y es sometido perramente...  Que diríamos ?. Y bueno,  ese hombre debería pensar,  si tiene 8 hijos, que  es un gran hombre, que se la “aguanta”. Si tienes 8 hijos y tienes que estar con un monstruo empleador..., y bueno,  eres un gran hombre. Y si eventualmente, te puedes ir a otro lugar, con tus 8 hijos,  y ...  bueno te vas. Mucho mejor aún. Yo reconozco que hay situaciones de violencia, de sometimiento extremo. No solo en el  trabajo. Uno vive en un mundo cruel; y si hay situaciones donde uno cuelga las banderas de su tramitación simbólica, queda “esperando que se arregle el mundo”. Pero aún en esas situaciones extremas debemos pensar en la responsabilidad de cada uno, en la posibilidad de encontrar el mejor camino.

En este momento tengo presente un paciente que tuvo una discreta persecución en el Proceso,  él está todavía hablando del Proceso. Está con el “Proceso”, con ese  lenguaje setentista, “con los compañeros”. Los compañeros le han dicho: “...mirá hermano, ya se terminó”. Pero el sigue en su “bunker”, como aquella película del gran Gassman, “El desierto de los Tártaros”.  Vean, yo tengo una colección de pacientes, los médicos y los psicólogos tenemos  “los pacientes que nos merecemos...”. No lo digo irónicamente, lo digo con cariñosa condescendencia. Es un  grupo de ex militantes de una agrupación de izquierda de los 70. Son todas muy buenas personas, personas con un alto nivel de consideración por lo social, algunos han quedados atrapados en aquellas reivindicaciones.  Atrincherados en las imaginarias almenas, esperando que ataquen una guarnición que hace 250 años pusieron ahí, porque ahí atacaban los turcos. Allí hay algo del orden de lo reiterado, de una cristalización paranoica. No crean que niego lo “exterior”. Es que creo que el único sitio por donde es posible comenzar ya es por lo “interior”. Entendiendo por tal el intento de destrabar estereotipos donde hay una coagulación de lo imaginario, de lo creativo, que debe ser nuestra aspiración, tratando de ensanchar nuestras fronteras yoicas.

Ella habla de “daño psíquico” que es un problema que no puedo entender fuera de lo que les he dicho. Ayer una mamá me hablaba de un juicio por daño psíquico, con un pibe que había sufrido la muerte del papá, por una supuesta “mala praxis”. Ella hizo  juicio por “daño psíquico” ante la  muerte prematura del padre.  Durante toda esta exposición he querido enfatizar mi oposición al destino de la noción de Stress como adherido a una noción de “Trauma” sin más ni más.  La activación ante el Trauma, el Stress que lo acompaña, como siempre en el suceder del vivir, tiene más que ver con el funcionamiento mental que con el hecho en si mismo. Es cierto que un hecho puede acaecer en momentos de extrema debilidad del niño, pero toda la dimensión fantasmática tiene precedencia. Cómo valorar lo disposicional, la historia de esa familia, el modo de acompañar a esa criatura golpeada por los avatares del destino ?. En todo caso, el Trauma, la activación que genera y sus posibles consecuencias, son condición necesaria pero no suficiente. Pensar lo traumático del Stress sin ubicarlo en la dimensión procesual es buscar una imagen congelada, detenida, que antes que expandir,  achata. Y condena. Esto no significa para nada negar las situaciones de brutalidad, de abuso, que borran los límites de lo humano. Al contrario. Adscribirse a la noción de Stress sin incluirla en la compleja red que la engloba es condenarla a su esterilización. Lo que es peor, a usarla como un exutorio de la alineación, por el que drena, tontamente, la persistencia de los estereotipos que incesantemente, vuelven por ella misma. El Stress, noción que encierra la paradoja de la Vida que incluye la Muerte, no es otra cosa que el dibujo en el plano fisiológico del incesante trabajo que es inherente al existir. 

   

 
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